
Amiga de la higiene, espero que mis clientes del servicio me ofrezcan la limpieza que yo ofrezco
Las palabras no son inocentes. Conllevan implícito, en su semántica, algo más que aquello que significan. Una connotación despreciativa como la de este término siempre y en todo momento implica una condena moral a la práctica que representa. Es la doble degradación del prejuicio: en palabra y obra.