
La sombra y la persona se complementan
Ahí sí que me tenía acorralado. Era sábado. Aproximadamente la 1 de la tarde. No tenía ninguna disculpa si la sexshop estaba abierta todo el día. Pero seguía sin agradarme la idea. Seguí leyendo bajo mi sombrilla, mas ya pensando en que en unas horas iba a pasar un mal rato.