Baja autoestima: no te quieres, no ves tus buenas cualidades

El ojo lo perdería dos años después, en exactamente la misma guerra, en la lucha contra las tropas de Eugenio de Saboya. Tras un cañonazo, una esquirla se le alojó en el ojo izquierdo, que explotó en el acto. Perdió así la vista de ese ojo, pero, de nuevo, deseó continuar en el servicio, jamás abandonarlo.

Técnicas cariñosas con el pie

Es relativamente fácil hallar un fetichista poco experimentado que se afirme a sí mismo: bien, perfecto, tengo toda la ropa y complementos que necesito para gozar de mi sexualidad fetichista, mas no tengo dónde, no sé adónde ir. Esto tiene, asimismo, una relativamente fácil contestación.

Lo anterior aplica asimismo para ti

En esta fase del enamoramiento, a Don Perfecto, a veces se le cae su máscara para tantearte y probarte, mas no lo ves. Sus fallos son tan escasos que cuando los ves dudas realmente de si lo ha dicho o ha hecho.

AHondar la respiración

El quejica se acostumbra a quejar de su trabajo, o de sus compañeros o compañeras, de lo que le han dicho otras personas que no le ha sentado bien, de lo fatigado o agotada que está, del volumen de la tele, etcétera

César: parece un pijama

Cuando era muy joven, durante una partida de caza, se topó con un gran oso pardo. Durante la lucha, el oso le clavó sus garras y le deformó cruelmente el semblante. Cuando la herida le sanó, le dejó una gruesa y desapacible marca roja en el semblante, y desde entonces, le llamaron ‘cara cortada’.